Criterios de sostenibilidad: descifrando su importancia y aplicación adecuada

Cada vez es más común preguntarse acerca de los valores y preocupaciones que tienen las empresas y por qué eligen invertir en ciertos aspectos. En los últimos años, ha habido un aumento en la práctica de la inversión socialmente responsable, la cual se basa en consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza, buscando alinear los intereses humanos, ambientales y empresariales. Esta estrategia puede generar una mayor identificación del cliente con la marca y fidelidad hacia ella. Sin embargo, nos preguntamos si la inversión sostenible es rentable.

Los Acuerdos de París en 2015 fueron un hito que generó una mayor atención sobre los riesgos asociados al cambio climático. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que son criterios éticos y de sostenibilidad con el objetivo de concienciar a las empresas, reconociendo que existen algunos aspectos que atraviesan todas las áreas.

Al adoptar estos criterios, las empresas implementan cambios estructurales en sus procesos para valorar los aspectos sociales, medioambientales y de gobernanza. Esta transición puede ampliar el mercado y aumentar el valor de la marca, y se ha demostrado que es más rentable y menos volátil.

Según un estudio realizado por MSCI, un índice bursátil global, las compañías líderes en sostenibilidad tienen márgenes más sólidos y de mayor calidad. Este estudio analizó a más de 1,600 compañías durante 10 años. Algunas formas básicas de mejorar los márgenes son ofrecer soluciones a los desafíos de la sostenibilidad, alinear los intereses y expectativas de la empresa con la sociedad, y aprovechar los recursos de manera eficiente, reduciendo el consumo de materias primas en caso de que la protección ambiental sea una prioridad para la compañía.

En una conferencia reciente sobre el futuro de Europa, Josep Prats, gestor de Abante European Quality, señaló el potencial ahorro de un coche eléctrico en comparación con los autos de gasolina y diésel. Según Prats, si comparamos el consumo de combustible fósil de un auto no eléctrico con la energía utilizada por un auto eléctrico, la diferencia sería de solo 1/3 en favor del eléctrico. Además, se produciría una reducción del 15% en el consumo de energía y un ahorro en las emisiones. Esta mayor productividad de los recursos se traduce en una mejora de los márgenes operativos.

La adopción de prácticas sostenibles también permite a las empresas reducir la exposición al riesgo de mercado. Por ejemplo, al reducir las emisiones de carbono, una empresa puede estar preparada para una posible transición hacia una economía basada en energías renovables. Además, dado el aumento del interés en las empresas que aplican estos criterios, el hecho de adoptar prácticas sostenibles puede generar una prima de valoración por parte de los inversores.

Por otro lado, es importante considerar la probabilidad de enfrentar riesgos ambientales, sociales y de gobernanza, conocidos como ASG. Si estos riesgos se gestionan de manera efectiva, pueden beneficiar la reputación y el valor de la imagen de la empresa. Reducir la frecuencia o intensidad de estos riesgos según lo detalla un estudio sobre gobernanza de Forética, puede aumentar el valor de los flujos de efectivo futuros.

En cuanto a los inversores, a medida que incorporan criterios ASG en sus decisiones de inversión, los factores que impulsan su rentabilidad también cambian. Según el último informe de Bank of America, ha habido una evolución hacia la consideración de factores ambientales, como las emisiones de carbono, en lugar de factores sociales, como las relaciones con la comunidad y la salud y seguridad laboral, como generadores de rendimiento.

Poco a poco, las empresas se están uniendo a este cambio que muchos inversores profesionales están demandando. Según una encuesta de Natixis, las tres cuartas partes de las empresas ya tienen en cuenta los criterios ASG. Además, el patrimonio de los fondos de inversión que siguen estos criterios ha aumentado y actualmente representa el 13.7% del total de fondos en España, según Vdos, alcanzando los 42,574 millones de euros. En el primer semestre de 2021, este patrimonio aumentó en 6,305 millones de euros, un incremento del 17.38%.

En resumen, a medida que las empresas cumplan con los criterios ASG, se beneficiarán de un mercado en crecimiento y de la demanda de productos sostenibles. Por otro lado, aquellas empresas que demoren en cumplir con estas regulaciones pueden enfrentarse a impuestos y medidas promovidas por los gobiernos para fomentar la sostenibilidad.

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