Las campanas autor y de ruta con ‘el americano’

Fue el 2 de julio de 1961 cuando Ernest Hemingway se quitó la vida, siguiendo los pasos de su padre, su abuelo y su hijo, y utilizando una escopeta. A pesar de tres intentos previos, el destacado escritor de renombre internacional decidió poner fin a su sufrimiento, que le había impedido ejercer su mayor pasión: la escritura. Hemingway, considerado uno de los autores más influyentes del siglo XX, dejó un legado literario invaluable.

La muerte de Hemingway era algo que muchos esperaban. Aunque en la icónica fotografía en blanco y negro que lo representa lo muestra con una barba blanca, el autor de la «generación perdida» entre las dos guerras solo tenía 60 años.

La vida apasionante que vivió comenzó a cobrarle factura a fines de los años cincuenta. Había sufrido una lesión grave en el frente italiano durante la Primera Guerra Mundial, así como una docena de conmociones cerebrales y múltiples accidentes aéreos y automovilísticos. Durante la guerra, Hemingway incluso fue alcanzado por balas en nueve ocasiones.

Al momento de su muerte, Hemingway dejó sin publicar aproximadamente tres mil páginas de manuscritos, incluyendo novelas tan famosas como «París era una fiesta». Sus libros siguen siendo populares hasta el día de hoy y son considerados clásicos en Estados Unidos. Gabriel Rodríguez, filólogo experto en la obra de Hemingway, explicó: «Hemingway es indiscutiblemente un clásico en Estados Unidos. Se ha escrito mucho sobre él en el ámbito académico. Su literatura supuso una auténtica revolución».

España mantiene una relación especial con el autor debido a su participación en la Guerra Civil y su pasión por los toros. Hemingway llegó a afirmar que España era el país que más amaba después del suyo propio. Durante su estadía en París en los locos años veinte, Hemingway entabló amistad con intelectuales de renombre como Picasso, Ezra Pound, Gertrude Stein, Francis Scott Fitzgerald y James Joyce. «En esos años, buscaba un modelo de héroe para su novela y lo encontró en la tauromaquia, ya que el torero juega con la muerte, algo que le fascinaba», señaló Rodríguez.

Fue en 1923 que Hemingway visitó Pamplona por primera vez como periodista para cubrir los Sanfermines. Fue allí donde se enamoró de España y de la tauromaquia, iniciando una relación tan sentimental como cultural.

Hemingway contribuyó a difundir la pasión y la tradición taurina en todo el mundo. Se involucró en asuntos españoles y sentía un profundo vínculo con el país cuando la democracia fue reemplazada por el fascismo. Durante la Guerra Civil española, Hemingway se desempeñó como corresponsal (y también lo hizo en la Segunda Guerra Mundial), brindando apoyo al bando republicano mediante la donación de ambulancias traídas desde Estados Unidos.

Sin embargo, lo más notable de Hemingway es, sin duda, su obra literaria. Sus novelas inolvidables, como «Fiesta», «Por quién doblan las campanas» y «El viejo y el mar» le valieron el Premio Pulitzer.

Gabriel Rodríguez señaló que «su estilo revolucionario se caracterizó por un lenguaje simple pero complejo. Según Hemingway, aprendió a escribir de los pintores impresionistas de París. Al igual que los impresionistas, él solo daba pinceladas que permitían al lector reconstruir la escena en su mente. Su escritura es verdaderamente poderosa».

Hoy en día, Hemingway es más reconocido en España por su personalidad que por su obra literaria. Rodríguez comentó: «Parte del problema es que las traducciones de Hemingway no han sido muy afortunadas, lo que ha llevado a centrarse más en su figura folclórica que en su enorme calidad como escritor».

Explorando los lugares que Hemingway frecuentaba

En diferentes lugares de España, es posible realizar visitas guiadas por los sitios que solía frecuentar Hemingway. En Pamplona, ciudad donde regresó en nueve ocasiones consecutivas entre 1923 y 1931, se puede visitar el icónico Gran Hotel La Perla, donde solía alojarse en la legendaria habitación 217. También se puede explorar la plaza de toros, que lleva el nombre de Hemingway y cuenta con un busto en su honor, así como el Hotel Yoldi, donde se originó la amistad entre Hemingway y el torero Antonio Ordóñez. Para conmemorar el aniversario de su muerte, la capital de Navarra ha organizado visitas guiadas, tertulias y conferencias bajo el título «Tras los pasos de Ernest Hemingway». Además, las editoriales españolas han relanzado algunas de sus obras más influyentes. «Muerte en tres actos» (Debolsillo) recopila las tres novelas del escritor sobre la fiesta nacional: «Fiesta», «Muerte en la tarde» y «El verano peligroso». Mientras tanto, la editorial Lumen ha vuelto a publicar otro clásico de Hemingway relacionado con su otra gran pasión, la caza: «Las verdes colinas de África».

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