Estas criaturas acuáticas alcanzan lugares inalcanzables para otros: así es como atacan a sus presas que se encuentran en la superficie.
La naturaleza siempre nos sorprende. El reino animal está lleno de secretos y curiosidades que demuestran la capacidad de adaptación increíble de las especies a diferentes ecosistemas. Mientras que los humanos tienen la capacidad de modificar su entorno a su antojo, muchas otras especies han tenido que desarrollar nuevas tácticas para sobrevivir.
Para los humanos, el uso del fuego y la creación de herramientas desencadenó la evolución y el progreso, pero existen animales que han perfeccionado técnicas tan impresionantes que podrían avergonzar a nuestros antepasados.
Este es el caso de los peces arquero, una especie de animal con una precisión incomparable y una increíble técnica de caza. Ni nuestros antepasados con lanzas ni los mejores francotiradores actuales se comparan con estos peces de río tan curiosos. Estos animales pueden doblar su lengua en forma de tubo y, cerrando bruscamente las branquias, propulsar un chorro de aire con una precisión asombrosa hacia arriba. Los peces arquero no se conforman con los insectos que caen accidentalmente al agua, ellos «disparan» a su propia comida.
Un disparo mortal y preciso que puede alcanzar distancias de hasta tres metros
El chorro de aire puede llegar a objetivos a una distancia de hasta tres metros, pero lo realmente impresionante es la capacidad del pez para calcular la trayectoria de su lanzamiento y compensar la refracción de la luz en el agua. Cuando la luz incide en el río y pasa de un medio a otro, cambia de dirección y la superficie se ve diferente bajo el agua. Estos peces son capaces de tener en cuenta este cambio y ajustar su disparo para siempre alcanzar el blanco.
En el video presentado arriba, realizado por «Love Nature», podemos observar cómo un pez localiza a su presa, una araña construyendo su tela en una rama de árbol. El pez se coloca cerca de la superficie del agua y, dejando solo asomar la punta de su boca, ejecuta un «disparo» directo al objetivo. La araña resiste dos chorros de agua, pero a la tercera vez es derribada con una precisión increíble por el pez y es devorada una vez toca el agua, quedando indefensa.
En algunos casos, varios peces arquero trabajan en equipo para cazar. Un grupo de «tiradores» rodea a la presa que descansa en la superficie y, en un verdadero asedio, comienzan a disparar hasta lograr derribar el objetivo. Es un animal sorprendente que ha logrado utilizar su elemento natural como arma para capturar presas que ningún otro pez tendría oportunidad de alcanzar.