La volatilidad que ha caracterizado a los mercados financieros en 2022 se ha reflejado en la cantidad de transacciones realizadas en la Bolsa española. Aunque en diciembre logró mantenerse con un volumen de negociación de 28.259,8 millones de euros, un 1,77% más que en el mismo período de 2021, durante el año completo se experimentó una disminución del 4,2%, llegando a los 362.105 millones. Esta cifra está lejos de los 429.336,9 millones movidos en 2020, un año marcado por la pandemia, y muy alejada de los 962.138 millones registrados en 2015.
En solo siete años, el monto del dinero invertido en acciones nacionales se ha reducido en un 62,36%. Esta disminución es aún más pronunciada si se compara con el récord de 1,67 billones registrado en 2007, cuando el Ibex 35 alcanzó su nivel más alto, cerca de los 16.000 puntos.
El bajo volumen de negociación resalta las dificultades que enfrentan las empresas españolas para atraer el interés de los inversores. La concentración sectorial en la renta variable española ha llevado a las empresas a perder atractivo frente a las gestoras extranjeras. Esto, sumado a otros factores como la caída en las capitalizaciones, la aparición de plataformas alternativas a BME (como Cboe Equities y Turquoise), el tamaño reducido de las empresas cotizadas españolas en comparación con las europeas y el crecimiento de los activos alternativos, ha provocado que los inversores diversifiquen y apuesten por activos menos líquidos. Por su parte, los inversionistas más jóvenes se han sentido atraídos por las criptomonedas a pesar de las advertencias sobre las posibles pérdidas.
BME sigue siendo la principal plataforma de negociación en el mercado español. Sin embargo, la aparición de plataformas alternativas ha disminuido su prominencia. Aunque durante 2022, BME, propiedad del grupo suizo Six, mantuvo una cuota de mercado del 70% hasta noviembre, su participación se redujo al 66,5% al cierre del año.
Meses de contrastes: marzo y agosto
Al igual que los índices, la cantidad de operaciones en la Bolsa no ha sido uniforme a lo largo del año. Se han alternado meses de alta actividad con otros de menor actividad. Destaca marzo como un mes con un gran volumen de negociación. Coincidiendo con el inicio de la guerra en Ucrania, la renta variable española movió 43.846 millones de euros, la cifra más alta desde junio de 2020, un mes marcado por las negociaciones de la UE para la creación del fondo de reconstrucción. En cambio, en agosto se registró la menor cantidad de operaciones, con tan solo 19.031 millones de euros, la cifra más baja desde septiembre de 1999, lo cual es común en este mes debido a la temporada estival.
La disminución en el volumen de operaciones coincidió con un período de gran inestabilidad. El aumento de las expectativas de alzas en las tasas de interés interrumpió el rally alcista de las acciones después de los resultados del primer semestre. Durante la conferencia anual de banqueros centrales en Jackson Hole se hizo evidente la necesidad de tomar medidas contra la inflación. Ante esta inestabilidad, los inversores buscaron liquidez.
Disminución del 13,7% en las operaciones
Además de la disminución en el volumen, también se registró una disminución en el número de operaciones. Durante 2022 se realizaron 38,9 millones de transacciones, frente a los 45,1 millones de 2021. Aunque el número de operaciones aún no alcanza los niveles previos a la pandemia (469.635 millones en 2019), en comparación con tres años atrás, se supera el registro de 37,2 millones. Al igual que el volumen, los meses con más y menos operaciones fueron marzo (5,3 millones) y agosto (2,3 millones), respectivamente.
En el ámbito de la renta fija, el volumen contratado en los mercados alcanzó los 114.802 millones de euros en 2022, con una disminución anual acumulada del 50,9%, después de registrar 6.963 millones en diciembre. Las admisiones a negociación totalizaron 380.020 millones de euros, lo cual representa una disminución del 3,4% en comparación con el año 2021. En diciembre, el volumen admitido fue de 16.818 millones. Al cierre del año, el saldo vivo ascendió a 1,75 billones de euros.
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