La epopeya de la batalla de Umachiri: resumen histórico y legado en la actualidad

batalla de umachiri

Hace doscientos años tuvo lugar en Cusco el último intercambio de armas, unas en defensa de los colores de los Borbones y otras en defensa de los colores más albicelestes de los patriotas cusqueños. El enfrentamiento se produjo en lo que hoy es la región de Puno, en la zona de Ayaviri. Esta tierra es altiva no solo por su geografía, sino también por la valerosa gente que vivió y luchó en ella.

Cuando los Angulo Torres iniciaron su lucha el 3 de agosto de 1814, una de las estrategias más importantes fue buscar apoyo en otras regiones del Virreinato. Adoptaron una estrategia diplomática y enviaron cartas a distintas zonas del centro, sur y sur del país. También se organizaron tres campañas, y en septiembre ya estaban en marcha las expediciones contra el Alto Perú y Huamanga-Huancavelica. Lamentablemente, la expedición a Huamanga-Huancavelica no pudo mantenerse debido a la lejanía y las dificultades en el suministro de recursos. Aunque lograron capturar La Paz, se cometieron excesos que generaron opiniones negativas. Las tropas cusqueñas en el Alto Perú fueron derrotadas por las fuerzas realistas al mando de Joaquín de la Pezuela y el regimiento «Talavera de la Reyna».

La última expedición tuvo como objetivo Arequipa, que cayó en manos de los insurgentes después de la victoria en la Batalla de La Apacheta. Los caciques Mateo Pumaccahua y Vicente Angulo fueron recibidos triunfalmente. En Arequipa, las Fuerzas Armadas cusqueñas recibieron refuerzos de algunos arequipeños, entre ellos el «Mártir de Umachiri», Andino Puma. Estas tropas no fueron derrotadas, pero tuvieron que salir de Arequipa para evitar enfrentarse a las tropas de Ramírez. Pumacahua y Angulo decidieron agrupar a un gran número de soldados y abrumar al enemigo con su superioridad numérica. Aunque los indígenas se unieron a ellos, posiblemente por miedo más que por admiración.

Pumacahua logró movilizar a 30.000 hombres, confiado en su experiencia y en la superioridad numérica. Envió una carta de rendición a Ramírez, apodándolo «Caer víctima del puma», en referencia a su antiguo nombre de Curaca de Chinchero. Ramírez tomó una posición defensiva en la zona de las «cabezas frías» en la ribera del río Llalli, conocida por su fuerte viento frío. Los realistas, que no superaban los dos mil soldados, tenían ventaja en preparación, disciplina y experiencia, además de armas adecuadas y conocimiento de las tácticas de combate. Derrotaron a las fuerzas de Pumacahua, que solo eran superiores en número, pero como se dice, los números no ganan batallas.

En la aplastante derrota, el último bastión del incanismo político-militar, encarnado en Pumacahua, fue destruido por los españoles y cusqueños que combatieron en el ejército de Ramírez. Lo simbólico es que en esta batalla se puso fin a la última resistencia del Tahuantinsuyo en la colonia española. Esto marcó el final de la primera fase del levantamiento del sur del Perú que se inició en Cusco. La siguiente fase tendría como protagonista a Ildefonso de las Muñecas, pero fue detenido en Umachiri. Sin embargo, Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso perpetuó la hazaña con su juventud, poesía y vehemencia. En reconocimiento a su sacrificio, la provincia de Puno, donde se desarrolló esta batalla hace 200 años, lleva el nombre de Melgar.

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