El impacto del salario mínimo en las empresas y su funcionamiento

En los últimos cuatro años, en España, se ha experimentado un aumento del 35,9% en el salario mínimo interprofesional (SMI). Esto implica que el salario ha pasado de 735,9 euros mensuales a 1.000 euros en la actualidad. Sin embargo, este aumento ha llevado a la pérdida de 217.500 puestos de trabajo. Específicamente, se han eliminado directamente 71.600 empleos, mientras que los 145.900 restantes no se han creado.

Según el informe ‘Salarios. Repercusión de la subida del SMI en la pyme española’ elaborado por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), las pequeñas y medianas empresas son las más afectadas por el continuo aumento del salario mínimo.

España es uno de los países de Europa que ha experimentado el mayor incremento en el salario mínimo interprofesional durante el periodo 2017-2022. Durante estos seis años, el salario ha aumentado un 41,3%, lo que representa el mayor incremento entre los países más desarrollados de Europa.

El salario mínimo en España es el más alto de toda Europa. Ningún otro país tiene un salario igual o superior al 60% del salario medio, a excepción de España.

El aumento del salario mínimo, incluso si es mínimo, tiene un impacto significativo en las pequeñas y medianas empresas. Según datos del informe de Cepyme, el salario medio ha aumentado casi el doble en las empresas pequeñas en comparación con las grandes.

En términos de cifras, el salario medio durante los últimos cuatro trimestres ha sido de 1.517 euros en las pequeñas empresas (de 1 a 49 trabajadores), 1.883 euros en las medianas (entre 50 y 199 trabajadores) y 2.093 euros en las grandes empresas (más de 200 trabajadores).

Por consiguiente, el salario medio también ha experimentado un incremento. Desde 2018, el aumento ha sido del 9,1% en las pequeñas empresas, mientras que en las grandes ha sido del 4,9%. Estos datos muestran que el poco tiempo disponible para que las pymes se adapten al aumento no les permite incrementar la productividad lo suficiente como para compensar los costes laborales.

En comparación con las grandes empresas, cuando el salario mínimo es de 1.082 euros, representa el 70,7% del salario medio en las pequeñas empresas y el 51,3% en las grandes.

El aumento del salario mínimo ha llevado a una disminución de las oportunidades de empleo. Según el informe, principalmente se reducen las posibilidades de empleo para aquellos trabajadores sin cualificación y sin experiencia laboral.

Si comparamos el cuarto trimestre de 2013 con el de 2018, el número de empleados en tareas elementales aumentó un 13,4%. Mientras tanto, aquellos empleados en tareas no elementales aumentaron en un 14,3%. Este incremento casi similar tuvo lugar mientras el salario mínimo aumentaba al mismo ritmo.

Sin embargo, el panorama cambió cuando el salario mínimo comenzó a aumentar significativamente, específicamente desde el cuarto trimestre de 2018 hasta el segundo trimestre de 2022, registrando un aumento del 35,9%. Durante este período, el número de empleados en trabajos básicos disminuyó un 2,8%, mientras que para el resto de los empleados creció un 5,7%.

En los últimos años, el salario mínimo ha aumentado hasta llegar a los 1.000 euros. Esta subida ha llevado a la desaparición de 217.500 puestos de trabajo.

El aumento del salario mínimo desde 2018 ha provocado que 71.600 trabajadores pierdan su empleo y ha evitado que otras 145.900 personas encuentren uno. De ellos, el 90% de los empleos destruidos por el aumento del salario mínimo eran ocupados por mujeres. Además, debido al aumento salarial, las empresas han optado por reemplazar a los trabajadores por máquinas y robots, resultando en la desaparición total de la figura del empleado.

Los sectores más afectados por el aumento del salario mínimo son la hostelería, seguida del comercio, actividades administrativas, otros servicios, así como el arte y ocio. Estos sectores emplean a más de 6.5 millones de personas.

Estos sectores se ven especialmente afectados si tenemos en cuenta que el salario mínimo interprofesional prácticamente iguala el salario medio del sector.

De manera similar, ocurre en las comunidades autónomas. Si el salario mínimo aumentara a 1.082 euros, más de 10 comunidades autónomas tendrían un SMI que superaría el 60% del salario promedio. Solo la Comunidad de Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña tendrían un salario inferior al 60%. Mientras tanto, comunidades como Extremadura, Murcia y Canarias superarían el 70%.

Estos datos demuestran que el aumento del salario mínimo interprofesional es especialmente perjudicial para las pymes. A esto se suman otros problemas a los que deben enfrentarse, como los altos precios de las materias primas, la energía e incluso el conflicto entre Ucrania y Rusia.

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