Glucuronolactona: beneficios y usos en la salud y bienestar

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Hace casi dos décadas llegaron a España y desde entonces ha habido diferentes marcas disponibles en el mercado. Las bebidas energéticas son bebidas que no contienen alcohol y que contienen ingredientes estimulantes como la cafeína, así como aminoácidos como la taurina o azúcares como la glucuronolactona, que prometen brindar energía adicional para combatir el cansancio.

Según la página web del Ministerio de Sanidad, actualmente no existe una regulación europea o nacional que legisle las «bebidas energéticas» autodenominadas.

De acuerdo con el Ministerio, no hay normativas nacionales que contemplen este tipo de productos, ya que no cumplen con los requisitos establecidos en el Real Decreto 15/1992, de 17 de enero, que define la categoría de bebidas refrescantes.

Tampoco se pueden considerar como preparados alimenticios para una alimentación especial o dietética, ya que no tienen un objetivo nutricional específico, como lo establece el Real Decreto 2685/1976 sobre preparados alimenticios para regímenes dietéticos.

A nivel europeo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aprobó en 2009 un informe sobre estas bebidas, específicamente sobre la concentración de taurina y d-glucuronolactona, dos componentes que se encuentran de forma natural en los alimentos y son metabolitos humanos normales, pero que en las bebidas energéticas se encuentran en una concentración mucho mayor, según informa la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria.

El informe de la EFSA concluyó que el consumo regular de bebidas energéticas no representa ningún riesgo para la salud de los consumidores. Este estudio se publicó como continuación de otro informe elaborado por el anterior Comité Científico sobre la Alimentación Humana (SCF) en 2003, que señaló efectos nocivos de la taurina en el cerebro y de la d-glucuronolactona en los riñones.

El informe de la EFSA confirmó que hasta cierto nivel (1.000 mg por kilogramo de peso corporal por día para ambas sustancias) no se observan efectos adversos. Esto significa que hay un margen de seguridad suficiente para consumidores regulares de bebidas energéticas de nivel medio a alto, que en promedio beben 125 ml (media lata) y 350 ml (1,4 latas) por persona y día, respectivamente. Por lo tanto, la exposición a taurina y d-glucuronolactona en estos niveles no implica consecuencias negativas de antemano.

Sin embargo, los expertos advierten sobre los riesgos de un consumo excesivo. Durante la celebración de la ‘IX Jornada de Actualización en Toxicología Clínica’ en Barcelona, se han revelado datos que indican un aumento en las urgencias hospitalarias relacionadas con el abuso en el consumo de bebidas energéticas, según informa Efe.

«No se deben prohibir, pero aquellos que las consuman deben conocer los límites», explicó el director de la jornada de Toxicología Clínica, Santiago Nogué, jefe de Toxicología del Servicio de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona.

«Aunque varía según la persona, se recomienda no exceder un consumo diario de 400-500 miligramos de cafeína. En el caso de las bebidas energéticas, eso significa entre 4 y 5 latas al día, una cantidad que a menudo se supera en combinación con bebidas alcohólicas, lo que aumenta el riesgo de terminar en el hospital de urgencias», advirtió Miguel Galicia, médico de urgencias del Hospital Clínic.

Según Galicia, se están reportando casos de toxicidad causada por el consumo excesivo de bebidas energéticas, que van desde ansiedad y temblores hasta arritmias.

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